Tus ojos son como dos aceitunas negras,
que brillan inquitamente hasta abrir mi corazón.
Al lamer mis manos dibujas una sonrisa en mi rostro...
Cuando apareces,
veo el sol salir de este a oeste
y se termina de reflejar en tu pelo tan dorado.
Tan hermoso y brillante como este mismo.
Aveces cuando no te das cuenta,
escucho atravez de tu mente,
para saver si piensas algo lindo de mi..
Sofía Atencio
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